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PUBLICACIONES UNIVERSITARIAS

ESTUDIOS SOBRE MEDIO Y EXTREMO ORIENTE

Creta

Creta, la isla del minotauro

La cultura minoica o cretense

por Carlos Morán

Llamada minoica por su primer investigador, Sir Artur Evans en alusión al nombre del mítico rey Minos, toma también el nombre de cretense .Su geografía y suelo son de escasos recursos minerales, pero abundan praderas donde se cultivan olivos, vides, robles, cipreses junto a playas protegidas favorables para la instalación de puertos. Desde el 2500 al 2000 la población aumenta y con ellos el desarrollo de herramientas de piedra y arcilla, y posteriormente metal. Creta incorpora, a partir del comercio, elementos culturales de Grecia continental, las Cícladas, y ciudades del Mediterráneo Oriental, pero son cretense la cerámica y los puñales de cobre lo mismo que lo esencial de su arquitectura estructurada en forma de celda de panal. El origen de la civilización minoica es oscuro. Se los supone descendientes de los habitantes neolíticos de la isla y su llegada se fija hacia el 6000 a.C. Otros pueblos indoeuropeos que arribaron se vieron absorbidos por la cultura cretense sin imponer la suya. La destrucción de los palacios hacia el 1700 a.C. se supone obra de un pueblo llegado de Anatolio, los luvitas, lo que implicaría un cambio en la escritura Lineal A, aún sin descifrar. Para Homero, la población cretense estaba conformada por cidonios, eteocretenses y pelasgos, según consiga en la Odisea. La Biblia los hace hijos de Mizraim, es decir de Egipto. Esto parece estar fundado en la relación existente entre Creta y el Doble País desde la aparición en escena de los últimos descubrimientos hechos en Tanis, ciudad ramésida ubicada en la zona del Delta. Características de la civilización minoica Religión: La Gran Diosa Madre, diosa de la fertilidad representada con el vestido minoico de volantes, cintura ceñida, senos al descubierto y serpientes enroscadas en sus brazos, asociadas a fuerzas de la tierra, era adorada pequeños santuarios semisubterráneos, dentro de los palacios o en cuevas próximas al lugar de asentamiento. Se supone que eran la morada de los primeros habitantes neolíticos de la isla y posteriormente se transformaron en santuarios. Podemos visualizar sus rituales de fertilidad asociada al toro, en los murales de Cnosos y Thera y en los relatos del Minotauro; Se calcula que la población de la isla debía rondar en 500.000 habitantes con una agricultura y ganadería . El comercio consistía en objetos de oro, plata y cerámica, cerámicas. El mantenimiento de una gran flota, condicionada por su situación insular, compensaba su escasez de materias primas que eran tarídas de todo el Egeo. Han llegado testimonios de su escritura que consta de tres etapas: jeroglífica, Lineal A y Lineal B. Solo en época micénica y para anotar la lengua griega, evolucionada del lineal A.

La autoridad palaciega que renovaba su mandato anualmente con una unión simbólica casamiento con la Gran Diosa Madre resabio matriarcal de carácter neolítico . El dominio del mar o talasocracia de origen comercial, les llevó a no fortificar sus asentamientos, ocupar las llanuras y los lugares abiertos y desprotegidos. Exportaron su cultura a todo el Egeo: a lo largo del II milenio las Cícladas recibieron una fuerte influencia de Creta con emplazamientos comerciales, y en la Grecia continental, un proceso de "minoización de los griegos" (llegados hacia el 2000 a. C.) y que daría lugar a la posterior civilización micénica (1600 a. C.). Después, hacia el 1400 los papeles se invirtieron y serán los griegos micénicos los que darán lugar a la "micenización de Creta". La arquitectura palacial: No todos los palacios pertenecen al mismo período y algunos fueron reconstruidos dos o tres veces durante el segundo milenio debido a las catástrofes naturales como el estallido del volcán de la isla de Tera hacia el 1650); esto ha llevado a diferenciar dentro de la cronología cretense y minoica:

Período prepalacial: 2600-2000 a. C. (Minoico Antiguo MA II y MAIII) Período palacial 1º: 2000-1700 a. C. (Minoico Medio MM I y MM II); palacios de Cnosos (puede que anterior al 2000), Malia y Festo; Período palacial 2º: 1700-1400 a. C. (Minoico Medio MM III y Minoico Reciente MR I A y MR II B); nuevo palacio de Festos, el de Zakro, Hagia Tríada y Gurniá; Período postpalacial: 1400-1100 a.C. (Minoico Reciente MR III) de época micénica; el nuevo palacio de Hagia Tríada.

Por el tamaño del palacio y del asentamiento, Cnosos debía ser la "capital" del mundo minoico y las demás poblaciones con palacios eran ciudades de segundo orden con unos gobernantes o príncipes posiblemente subordinados al poder del gobernante de Cnosos que también eran, como aquél, jueces y sacerdotes, juntamente con el mantenimiento del monopolio de la metalurgia de los poblamientos al tener los talleres en el propio palacio. Es muy probable que además existieran diseminados por las llanuras de Creta una Desde que Evans descubriera las ruinas del palacio de Cnosos, se han encontrados otros palacios como Cnosos, Zakro, Malia, Festo, Canea o Kania, Hagia Tríada, Gurniá, y poblamientos de Tilisos, Kamilari, Mirtos y Palakaistro. Su estructura se genera a partir de un patio, como la forma colectiva de la organización neolítica. El templo del palacio, aparte de ser pequeñas dependencias-santuarios, ocupan un lugar marginal dentro del palacio y reproducen y recuerdan cavernas; esto concuerda con el hecho de que los ritos se celebraran en cuevas y es posible que con procesiones; Los palacios que cuentan con dos y, a veces, tres pisos, presentan generalmente un gran número de habitaciones y dependencias de la planta baja a talleres y a almacenes para el grano, el aceite, el vino, etc. Aparecen frescos recubriendo las paredes interiores de las dependencias más importantes (casi siempre motivos naturales marinos, o pugilatos o escenas de toros); escalinatas y revestimientos con piedras cortadas en losas Se registra la utilización de grandes tragaluces para iluminar las habitaciones; mamparas plegables y correderas de madera y pilares-columnas en vez de tabiques para separar determinadas dependencias; umbrales en las antesalas; varios patios en el palacio, de los que el central solía estar empedrado. Se mantenía la higiene de los palacios mediante un sistema de eliminación de residuos mediante un alcantarillado, un sistema de drenaje y otro de ventilación para las habitaciones gracias a grandes ventanales y tragaluces. La sensación de un laberinto se debe a que los pasillos que conducen a las dependencias reales y principales tienen forma de de zigzag; las escalinatas no son rectas, sino que frecuentemente son en forma de curva con lo que el visitante era conducido a sus dependencia y a las dependencia reales por un camino indirecto dando un rodeo; al mismo tiempo las dependencia de palacio y las casa de la ciudad se aglomeran y agolpan al modo neolítico, recordando en muchos casos los callejones de los poblados árabes. La idea de construcción de palacios y asentamientos rechaza la simetría en las fachadas y trazados de los edificios. El término ¨laberinto¨ es una denominación de origen indoeuropeo (sufijo en -nth-) Se aplicaba al conjunto del palacio o a una sala donde se ejecutaba una compleja danza (llamada del laberinto) como parte del ritual de la Gran Diosa Madre entre la luz y las tinieblas (vida y muerte), cuyos pasos estarían dibujados en el suelo marcando la dirección del baile.

Mitos de Creta

El mito de Minos:

Zeus abandonó a Europa en Creta, después de haber engendrado en ella a tres hijos: Minos, Radamantis y Sarpedón. En Creta, Europa se casó con Asterio. Los tres hermanos se enamoraron de un joven llamado Mileto y cuando éste prefirió a Sarpedón, Minos lo expulsó de Creta fundando éste la ciudad de Mileto. A la muerte de Asterio, Minos reclamó el trono, dedicó un altar a Poseidón quien lo premió con un gran toro blanco y Minos ganó así el derecho al trono. Se casó entonces con Pasífae y Poseidón, para vengarse del cambio del toro como ofrenda en el sacrificio, hizo que Pasífae se enamorara de éste y disfrazada con una vaca de madera construída por Dédalo, engendró al Minotauro. Para ocultar tal afrenta, Minos encargó a Dédalo la construcción en un lugar apartado de Cnosos de un Laberinto para encerrar al Minotauro. Radamantis se quedó en Creta y le transfirió a su hermano la costumbre de reunirse cada nueve años en una cueva con Zeus y obtener nuevas leyes para su pueblo. Interpretación del mito: Minos parece ser el título que recibía el gobernante y la dinastía regia de la cultura cretense minoica de Cnosos, personaje que debía realizar funciones administrativas y sacerdotales. De él nos han llegado noticias a través de la mitología y de los filósofos e historiadores que han hablado de su figura. Platón opinaba que Minos era un gobernante muy sabio al tiempo que un gran juez que cada nueve años se reunía con Zeus; los arqueólogos e historiadores modernos parecen haber identificado esta noticia con una ceremonia que se celebraba cada ocho años completos en las que Minos renovaba su mandato como gobernante, pero no sirviendo a Zeus sino a la Gran Diosa Madre minoica, de la cual dependía y a cuyo cargo estaba como sacerdote. La tradición mitológica de Minos funde en este nombre a todos los gobernantes de Cnosos así como los gobernantes micénicos que, tras invadir la isla, asumieron la regencia de la isla bajo el mismo título que el gobernante micénico, es decir, que se unen tradiciones minoicas y micénicas, al tiempo que las acciones de muchos gobernantes distintos; la idea del servicio de Cnosos a Zeus transmitida por Platón, sería micénica y el servicio a la Gran Diosa Madre, minoica. El reconocimiento del poder de Minos sería la afirmación del poderío dorio en la isla. También la mitología nos transmite también una rama del linaje de Minos ajena al mundo griego: su madre Europa, hermana entre otros de Cadmo, rey de Tebas, es hija de Agenor, hijo de Libia y Posidón y procedente de Egipto, y de Telefasa o Argíope, procedente de Canaán. La significación de su nombre, "de ancho rostro", es un sinónimo de la luna llena, título de las diosas lunas Deméter Lebadea y Astarté en Sidón (quizá relacionadas con la Gran Diosa Madre minoica, de la que la luna era un símbolo). La violación de Europa por parte de Zeus recogería un ritual en la que la sacerdotisa de la Luna cabalgaba a lomos del toro-Sol. Se ha querido ver una incursión de Creta en Fenicia par explicar este mito. La noticia del joven Mileto nos da cuenta de la más que probable fundación de Mileto por parte de cretenses (minoicos o micénicos), confirmada además por el hecho de que a Ladé, en Mileto, se la relacione con el cementerio de Asterio. Que Sarpedón emigrara a Asia Menor, a Caria y Licia, se ha interpretado como el establecimiento de lugares para el comercio de Creta con dichas regiones. La noticia de la relación de Pasífae con el Minotauro se explica como un rito en el que la Gran Sacerdotisa de la Luna, que llevaba cuernos de vaca (Pasífae), y el rey Minos, con una máscara con cara de Toro celebraban un casamiento ritual bajo una encina. El toro es el animal ritual de Creta: quedan frescos con escenas de taurocatapsia (jóvenes saltando entre los cuernos de un toro). El Laberinto es el palacio de Cnosos, un conjunto asimétrico e intrincado de habitaciones, antesalas, vestíbulos y corredores en el que un visitante extraño fácilmente se perdía. Para Evans, el nombre vendría de labrys , palabra lidia y caria que significa hacha, haciendo referencia a las dobles hachas, signo de la dinastía real minoica de Cnosos. También recoge la idea de un ritual, un mosaico dibujado en el suelo como patrón a seguir en la realización de un baile (como actualmente las danzas "laberínticas" de la Pascua de Resurrección en Rusia y Gales). No obstante tenemos otras nociones acerca de Minos. Una concepción de Minos como un gobernante sabio hace referencia a los Minos minoicos, mientras que la idea de Minos autárquico es una caracterización derivada de Minos el último gobernador micénico de Cnosos antes de su destrucción, el cual ejerció una cruel dominación para adquirir una riqueza suficientemente grande para extender su poderío más allá de Creta a las Cícladas . Herodoto nos transmitió al mismo tiempo dos ideas acerca del poder de Minos: una, su poderosa flota (la comercial de los minoicos) y otra, el carácter guerrero de la misma (obra de los Minos micénicos); esta idea fue llevada más lejos por Evans cuando desenterró Cnosos: invistió a Minos como el dueño y señor del Egeo bajo el ejercicio de su talasocracia, un reinado del miedo y un control del mar que Homero en la Odisea XI califica de despótico. De nuevo se mezclan el Minos minoico y el micénico: los gobernantes minoicos establecieron en todo el Egeo establecimientos comerciales en las costas, sin llegar a colonizar las regiones donde establecían dichos enclaves; comercialmente hablando dominaban el Egeo y tenían una "talasocracia comercial" al tiempo que nunca usaron las armas y la paz era la nota dominante de su civilización; por su parte, los Minos micénicos establecieron pequeñas colonias en el Egeo y además ejercieron una dominación despótica basando su poder en la guerra, de aquí la idea de talasocracia despótica. Las colonias que Tucídides afirma creadas por Minos en el Egeo hay que considerarlas como misiones comerciales o diplomáticas enviadas por la Creta minoica para garantizar la buena voluntad y la ayuda de los isleños; el ejemplo más característico que se haya descubierto arqueológicamente hasta ahora es Akrotiri en la isla de Tera. El Mito de Dédalo. Pertenece a la familia real de Atenas, descendiente de Erecteo y se caracterizaba por ser un herrero admirable y ser un hombre de ingenio. Huyó de Atenas por asesinar a su sobrino, otro inventor que le superó al descubrir la sierra. Al llegar a la Creta de Minos trabajó a su servicio, gozando de su favor en paz. Tras la muerte del Minotauro por Teseo Dédalo fue encerrado junto con su hijo Ícaro en el Laberinto por él construido. Para huir ideó la fabricación de alas con cera y plumas para el y su hijo; éste pereció por acercarse demasiado al sol y derretir el sol la cera. Interpretación del mito: Su mito también presenta acronismos. Dédalo, Talos y Hefesto parecen ser títulos de un mismo personaje mítico. El mito de Dédalo y Talos y el de Dédalo e Ícaro parecen combinar el ritual de quemar al sustituto del rey solar, que se había puesto alas de águila, en la hoguera de primavera con el rito de arrojar un fármaco con alas de perdiz. La huída del laberinto se entiende como la huída del piso del mosaico con la danza del laberinto. Aunque Dédalo consta como ateniense por un demo que lleva su nombre, las artes dedálicas fueron importadas de Creta a Atenas. A él se achacan la invención de las velas de los barcos, lo que permitió una mayor velocidad de éstos) o al menos inventó algún artilugio que dotaba de mayor velocidad a los barcos.

El Mito de Teseo y Ariadna

Minos ordenó que los atenienses enviaran siete muchachos y siete muchachas cada nueve años al laberinto de Creta, donde esperaba el Minotauro para devorarlos. A Teseo le tocó ir por sorteo o el propio Minos lo eligió en Atenas. Al llegar a Creta, Ariadna, hija de Mino, se enamoró de él y le ofreció el modo de escapar del laberinto: un ovillo de hilo mágico y las instrucciones acerca ce cómo entrar y salir del laberinto: abrir la puerta de entrada y atar al dintel el hilo que se irá desenredándose conforme avance; luego, una vez muerto el Minoturo, sólo hay que recorrer el camino inverso. Hecho esto condujo a puerto a todo el grupo ateniense y llevó consigo a Ariadna a la que abandonó en Naxos. Interpretación del mito: Grecia comenzó a minoizarse desde el XVIII a. C. a partir de los lazos comerciales impuestos por Creta. El mito parece ser una rebelión de los atenienses contra los cretenses: construcción de una flota, rebelión y saqueo de Cnosos y un tratado de paz creto-ateniense (casamiento entre Teseo y Ariadna); esto debió de producirse en época micénica y no minoica. El tributo de los jóvenes atenienses al Minotauro era exigido a Atenas y al matar Teseo al animal o vencer en la lucha a Minos (cuyo símbolo era el toro) libera a los atenienses del tributo. Es posible que en alguna época (minoica o micénica) hubiera sacrificios humanos en Creta. Este es el tiempo en que se formó concretamente el pensamiento mítico de los griegos, que sería transmitido por el libro principal de la Grecia clásica: la Ilíada y la Odisea. Igualmente los compendios de mitos entre los griegos resultan extensos y existieron gran número de mitógrafos que intentaron darle a la leyenda un sustrato real... Las políticas sociales y culturales de los griegos fueron diversas pero hay una práctica que nos resulta exaltada en la mayoría de los textos y podría aclarar mucho acerca del lugar que los mitos actuales dan a la mujer.

Maestros y discípulos en el Mediterráneo Oriental

El deseo hacia los jóvenes varones o hacia las mujeres no constituía dos apetitos diferentes o enfrentados en Grecia. Más bien se trataba de dos maneras de tomar placer. Amar a un muchacho no sólo le estaba permitido al varón por las leyes sino también por la opinión. Incluso hallaba apoyo en instituciones prestigiosas como la militar o la pedagógica ( se estimulaban los romances entre los soldados, por ejemplo, porque por ello se defendían mejor en las batallas; y se observaba una más elevada relación entre el maestro y su alumno si la enseñanza se acompañaba de una intimidad sexual frecuente). Por otra parte, las relaciones sexuales entre varones las enlazaban toda una literatura y una reflexión que fundamentaba su excelencia. Sin embargo, esta misma permisividad también despertaba incomodidad. De hecho se despreciaban a los jóvenes demasiado fáciles o demasiado interesados, se descalificaba a los hombres afeminados ( de los que los autores cómicos se burlaban constantemente) y se descalificaba a quienes se entregaban sin pudor a estos placeres, es decir, a los libertinos. Por lo que vemos por un lado se aceptan las relaciones sexuales entre varones, incluso otorgándoles tan alto valor que se le toleran conductas que en otros casos serían consideradas indecorosas como los ruegos, las súplicas, los falsos juramentos. Pero también, por otro lado, vemos la preocupación de padres por proteger a sus hijos varones de las intrigas amorosas o la exigencia a los pedagogos para que les pongan obstáculos. Entonces, nos preguntamos ¿por qué una relación autorizada por las leyes y la opinión se hallaba asimismo rodeada de “valores, de imperativos, de exigencias, de reglas, de consejos, de exhortaciones, a la vez numerosos, premiosos y singulares” ( Foucault). En Grecia se desplegando dos estrategias al mismo tiempo diferentes y convergentes: se desarrolló un complicado ritual de cortejo que tornaba al muchacho, de condición libre, difícil, distante, distanciado del deseo de quien lo pretendía por un código que, si bien lo volvía aún más apetecible, calladamente lo alejaba de ese apetito. Y por otro lado, la estrategia del "amor platónico" como esencia del vínculo. El cortejo: La reflexión filosófica que tomó como tema las relaciones entre varones libres va a arraigar en prácticas sociales muy extendidas, reconocidas y complejas, explica Foucault, porque lo que une al adulto y al adolescente era objeto de una especie de ritualización, y estas relaciones eran ya el pretexto para todo un juego social. Eran prácticas de cortejo que delimitaban un conjunto de conductas convenidas y a convenir que definían el accionar mutuo y los respectivos movimientos que debían observar ambos compañeros para dar, en definitiva, a sus relaciones la forma “ más bella “ posible. Hay un componente estético que le otorga validez. Y del mismo concepto de belleza griego se desprende la estrategia para sosegar el deseo y conducirlo por el camino de la razón, ya que el ideal de belleza en Grecia incluía la proporción y el justo medio. El equilibrio ( expulsando los excesos) obtenido a través de la racionalidad. Porque bella podía ser, para los griegos, tanto una estatua, un edificio, como una conducta y hasta una vida. A los hombres se los recordaba si en los espíritus habían dejado la sensación de un comportamiento bello. Entonces, ya desde aquí el deseo sufre una advertencia que lo amenaza con la vigilancia social 6y, eventualmente, la reprobación. Pero el cortejo constituye prácticas y ritos que van a definir el papel que va a adoptar el hombre adulto y el que va a adoptar el muchacho, quienes reciben las denominaciones de “erasta” y "erómeno”, respectivamente. O sea, estas prácticas del cortejo ya van a delimitar quién hace qué. El erasta es quien siempre debe tomar la iniciativa. Sabemos a su vez que el cristianismo prohibió drásticamente toda forma de placer sexual. Consideraba que el deseo había sido el castigo de Dios tras la caída de los primeros padres. Y, por tanto, tampoco distinguió un deseo de otro. Pero la diferencia esencial con la Antigüedad Grecorromana fue que descalificó en esencia a cualquier forma de placer. Puso al deseo en el centro mismo de un castigo originario. Y fueron incontables los tratados que procuraban guiar al catecúmeno en su lucha para desembarazarse de él. Como referencia podemos citar el texto de Foucault “La lucha por la castidad”, incluido en el libro Sexualidades Occidentales, y en el que analiza las etapas que fija el monje Juan Casiano para sus hermanos de orden para alcanzar la meta suprema de todo cristiano: la santidad. Sin embargo en Jesús y Juan (el discípulo amado) la relación típicamente platónica nos trae el recuerdo griego sobre el tema. Las pruebas quedaron inconclusas cuando se armaron los evangelios, pero igual entendemos que las marcas helénicas aún pueden distinguirse. De todas maneras se acercaba el fin del gran imperio instituido por Roma y sus valores decaían.

Atenas, el tesoro de los griegos

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